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Salud mental
Los trastornos de salud mental están compuestos por una amplia gama de afecciones que afectan en el comportamiento, pensamiento, sentimientos y estados de ánimo de la persona que los padece. Los trastornos de salud mental o enfermedades mentales pueden variar de leves a severos, siendo estos últimos cuando el comportamiento y la calidad de vida de la persona se ve notablemente comprometido.
Algunas de las afecciones más comunes son: la depresión, los trastornos de ansiedad y de la alimentación y los comportamientos adictivos; esto puede influir de manera negativa en el trabajo, estudio, relaciones personales del individuo y alterar el funcionamiento de estos.
En la su gran mayoría las enfermedades mentales y los síntomas pueden tratarse de forma integral, realizando el abordaje en todos los aspectos ambientales, genéticos, clínicos, emocionales y llegar a la mejor opción farmacológica y psicoterapéutica.
La mayor parte de las enfermedades mentales no mejoran por sí solas y, sin tratamiento, pueden empeorar con el tiempo y ocasionar problemas graves.
¿Cuando debes consultar un médico en salud mental?
Es importante verificar la aparición de los síntomas tempranamente, pues la mayor parte de los padecimientos de nuestra salud mental tiene tratamiento y en la mayoría de las veces no mejorar por sí solos y pueden ocasionar problemas graves.
Cuando se tienen sentimientos de tristeza profunda o desánimo de forma frecuente y que alteren tu funcionamiento normal.
Algunos de los síntomas son:
✓ Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración.
✓ Preocupaciones o miedos excesivos además de sentimientos intensos de culpa.
✓ Cambios radicales de humor.
✓ Alejamiento de las amistades y de las actividades que eran cotidianas.
✓ Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño.
✓ Desconexión de la realidad paranoia o alucinaciones.
✓ Incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria.
✓ Problemas con el uso de alcohol o cualquier tipo de droga.
✓ Cambios importantes en los hábitos alimentarios.
✓ Cambios en el deseo sexual.
✓ Exceso de enojo, hostilidad o violencia.
✓ Pensamiento suicida.
